El
educador diferencial se ve enfrentado a las diferentes Necesidades Educativas
Especiales (NEE) de cada individuo al cual debe apoyar y así prevenir las
consecuencias de dichas necesidades; estas implican que cualquier alumno o alumna que encuentra barreras para progresar en relación con los aprendizajes, por la causa que fuere, reciba las ayudas y recursos especiales, que necesite, ya sea temporal o permanente, en el contexto educativo más normalizado posible (UNESCO, 2001, pág. 42).
Se considera alumnos con NEE a aquellos cuya necesidades educativas individuales no pueden ser resueltas con los medios y los recursos que habitualmente utiliza el docente para responder a las diferencias individuales de sus alumnos y que requieren de ajustes, recursos o medidas pedagógicas especiales para ser atendidas. De esto se infiere que el sistema educativo debe proveer los recursos humanos, técnicos y materiales necesarios para la equiparación de las oportunidades de los alumnos con necesidades educativas especiales, así como las orientaciones técnicas con el objeto de lograr aprendizajes de calidad (Unesco, 2005, Política Educación Especial, pág. 10).
¿Qué son las necesidades educativas transitorias?
Las NEE transitorias son problemas de aprendizaje que se presentan durante un periodo de su escolarización que demanda una atención específica y mayores recursos educativos de los necesarios para compañeros de su edad.
¿Qué son las necesidades educativas permanentes?
Las NEE permanentes, son aquellos problemas que presenta una persona durante todo su período escolar y vida, ya que presentan un déficit leve, mediano o grave de la inteligencia, en alguna o en todas de sus implicancias sensoriales, motoras, perceptivas o expresivas, de las que resulta una incapacidad que se manifiesta en el ejercicio de las funciones vitales y de relación, por tanto, necesitan de la atención de especialistas, centros educativos especiales y material adecuado para abordar sus necesidades.
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